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La Corte Constitucional de Colombia decidió, el pasado 7 de febrero, que las parejas del mismo sexo que convivan por lo menos dos años tendrán derechos patrimoniales, como cualquier pareja heterosexual.
La decisión se adoptó por ocho votos contra uno, al fallarse una demanda interpuesta por la organización Colombia Diversa con el apoyo de un grupo de abogados y estudiantes de la Universidad de los Andes.
La Corte declaró inconstitucionales las expresiones «hombre y mujer» que utiliza la Ley 54 de 1990, cuando define por quiénes están constituidas las uniones maritales de hecho a las que se les reconocen derechos patrimoniales.
Hasta la fecha las parejas del mismo sexo en Colombia tenían que crear sociedades comerciales para poder compartir sus bienes y poder heredarlos en caso de fallecimiento de uno de sus miembros.
Daniel Bonilla, profesor de la Universidad de los Andes que dirigió el equipo de estudiantes que trabajó en la demanda, afirmó que el fallo de la Corte constitucional tendrá un «efecto dominó» en la búsqueda de que las personas gays, bisexuales, lesbianas y transexuales tengan los mismos derechos que las personas heterosexuales.
Tendencia continental
España, pionera en el reconocimiento de los matrimonios entre parejas del mismo sexo
C.D. El Congreso español aprobó el 29 de junio de 2005 una ley que permite que dos personas del mismo sexo puedan unirse en matrimonio: «El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo», señala la frase añadida al artículo 44 del Código Civil.
Asimismo, la ley permite la adopción por las parejas del mismo sexo, ya que equipara sus derechos a los de las parejas de diferente sexo.
España dio ese paso poco antes de que lo hiciera Canadá. Hasta entonces, tan sólo las legislaciones de Holanda y Bélgica permitían las bodas entre personas del mismo sexo.
Holanda inició la reforma en abril de 2001, con la única salvedad de que las parejas del mismo sexo no pueden acceder a la adopción internacional, aunque sí a la nacional.
Bélgica, por su parte, reguló el matrimonio entre personas del mismo sexo en febrero de 2003, pero no reconoció la adopción por parte de una pareja del mismo sexo.
La decisión de la Corte colombiana expresa también una tendencia en las Américas, según los datos de un informe divulgado por la agencia española de noticias EFE tras conocerse el fallo.
Una decisión similar a la colombiana esperaba la organización Unión Afirmativa de Venezuela, que pidió que se reconozcan jurídicamente las uniones de personas del mismo sexo y sus efectos patrimoniales.
Pasos semejantes se han dado en Ecuador, donde se ha conseguido el reconocimiento de acuerdos patrimoniales y varias organizaciones presentaron al Congreso una «ley antidiscriminación».
En el Congreso brasileño se tramita desde hace tiempo un proyecto de ley para reglamentar la «unión civil» entre personas del mismo sexo que, de aprobarse, garantizaría derechos similares a los reconocidos por la Corte
colombiana.
La comunidad homosexual brasileña ha conseguido otros triunfos en la justicia, como la autorización para adoptar y el reconocimiento como «unión estable» de una pareja del mismo sexo con «todas las consecuencias legales».
Ley contra la Discriminación en Chile
En Chile también esperaban que se aprobase una Ley contra la Discriminación, que incluye la no exclusión por orientación sexual.
El Movimiento de Integración y Liberación Homosexual redactó además un proyecto para regular las uniones civiles entre personas del mismo sexo, apoyado por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, y por la mayoría del Congreso.
«Nosotras existimos, no mendigamos derechos, los exigimos», corearon decenas de lesbianas de Chile, Brasil, Argentina, Perú y Guatemala, que se manifestaron el pasado 9 de febrero en Santiago para exigir «políticas de Estado pensadas para todos».
Criminalización de travestis en Argentina
«Éste es un gran paso a favor de nuestros derechos. Teníamos un rezago de 17 años respecto a las parejas heterosexuales», dijo Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa, tras conocer un fallo de la Corte Constitucional de Colombia que reconoce los derechos patrimoniales de las parejas del mismo sexo.
La lucha de la comunidad homosexual argentina se centra en la derogación de los códigos de faltas en 10 de las 24 provincias en las que se criminaliza a los «travestis».
Se busca que la ley, que permite las uniones civiles gays en Buenos Aires y otras pocas provincias, sea de «carácter nacional» e «incluya la plenitud de derechos».
Menos adelantado está Uruguay, donde el derecho patrimonial de las parejas del mismo sexo no está en vías de ser reconocido, una situación similar a la de Paraguay y Bolivia.
En Canadá, los matrimonios entre personas del mismo sexo son legales desde julio de 2005, tras la aprobación de una ley que declara el matrimonio como la unión de dos personas sin importar su sexo.
Las bodas gays se celebran también en el estado de Massachussets (EE. UU.), mientras que en Vermont y Connecticut se realizan «uniones civiles» para acceder a los mismos derechos y obligaciones que las personas heterosexuales.
Por contra, en el conjunto de Estados Unidos, 45 estados tienen en sus constituciones cláusulas que prohíben el matrimonio gay y leyes que lo definen expresamente como la unión entre un hombre y una mujer.
Estados Unidos y Centroamérica
«Nosotras existimos, no mendigamos derechos, los exigimos», corearon decenas de lesbianas de Chile, Brasil, Argentina, Perú y Guatemala, que se manifestaron el pasado 9 de febrero en Santiago para exigir «políticas de Estado pensadas para todos».
El presidente de Estados Unidos, George Bush, defensor del proyecto constitucional para prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo, no consiguió en 2006 el apoyo para aprobar en el Senado la medida, que, según él, defendía la institución del matrimonio y la estructura familiar tradicional.
La comunidad gay avanzó en noviembre pasado en México, cuando el Congreso local del Distrito Federal aprobó la Ley de Sociedades de Convivencia, con la que se reconoce el derecho de estas parejas a compartir deberes y patrimonio, y una norma similar adoptó el Congreso de Coahuila (norte).
Los derechos de las parejas del mismo sexo son más restringidos en Honduras, El Salvador, Costa Rica y Guatemala, y es crítica la situación en Nicaragua, una de las pocas naciones latinoamericanas que condena a las personas homosexuales.
El director de la organización Dos Generaciones, Mario Chamorro, sostuvo que el Código Penal nicaragüense tipifica esta orientación sexual como «sodomía» y la castiga con penas que van de uno a tres años de cárcel, mientras que en Panamá el reglamento de la Policía Nacional considera la homosexualidad como causa de destitución.
En El Salvador, la Asamblea Legislativa ha aprobado una enmienda a la Constitución por la que se ilegalizarían los matrimonios entre parejas del mismo sexo y la adopción por parte de estas personas.
En cambio, el legislativo de Puerto Rico tenía previsto discutir una reforma al Código Civil que, entre otras medidas, busca reconocer los derechos de parejas que conviven sin estar casadas, sin importar el sexo.
Los avances de la bandera del arco iris incluyen a Cuba, cuyo Parlamento estudiaba una propuesta del Centro Nacional de Educación Sexual para autorizar las operaciones de cambio de sexo y la modificación de los documentos de identidad a los beneficiados.
http://amnistiainternacional.org/revista/rev84/articulos/america-parejas-mismo-sexo.html